Cargando...
  • Cambio es lo único constante

    cambio

    Una de las piedras con las que el ser humano tropieza habitualmente es la dificultad de aceptar que el cambio es parte de la vida. ¡Cuánto sufrimiento y ansiedad a causa de ofrecer resistencia a realidades inevitables! Sin embargo, los árboles que se doblan con el viento aguantan mejor las tormentas. Del mismo modo podemos “doblarnos” cuando llegan cambios sobre los que existe escaso o ningún control.

    El itinerario emprendedor exige estar abierto permanentemente a mudanzas y cambios de rumbo. Afirmaba Heráclito que “todo fluye”, incidiendo en la impermanencia de las cosas. La capacidad de transformación y adaptación, ya sea a nuevos mercados, nuevas formas de gestión, nuevos entornos sociales políticos, culturales, nuevas tecnologías, etc… resulta imprescindible en un entorno socioeconómico que parece avanzar a un ritmo endiablado.

    Los cambios son inevitables. La Biblia reconoce una verdad fundamental: “El tiempo y el suceso imprevisto acaecen a todos”. Por supuesto, lo inesperado no es únicamente negativo, algunos cambios que al principio parecen desfavorables pueden acabar siendo beneficiosos y hasta aconsejables. Aun así, muchos se sienten cómodos en la rutina; mientras que la evolución les causa ansiedad.

    En primer lugar, para un emprendedor es recomendable aceptar la realidad. A todos nos tienta tener el absoluto control del negocio o el proyecto, pero eso es sencillamente imposible. Es mejor aceptar y encarar la realidad cambiante que estar anclado al obstinado inmovilismo que no permite el cambio. En segundo lugar, merece la pena subrayar que la adaptación a nuevos escenarios es posible y saludable. La resiliencia es la capacidad para adaptarse a cambios y superar adversidades. Un emprendedor resiliente no sólo soporta nuevas circunstancias, sino que también ve cómo sacar provecho de ellas.

    Mirar al futuro con realismo, pero con optimismo, permite estar predispuesto a los nuevos desafíos que la evolución y el desarrollo llevan aparejados. Pensar permanentemente en clave de pasado es conducir sin dejar de mirar al espejo retrovisor. Echar un vistazo atrás es bueno, pero hay que concentrarse en la carretera, en el futuro.

    Por último, es altamente aconsejable para una persona emprendedora focalizar la mente en pensamientos positivos. La resiliencia está muy relacionada con esta actitud, pues permite la rápida sanación después de sufrir los efectos de los constantes contratiempos. Encontrar el lado bueno en todas las situaciones permite dejar atrás las secuelas de las contrariedades y mirar al futuro con ilusión y esperanza.

    Qué ejercicio tan recomendable sería identificar los obstáculos que configuran la zona de confort que impide, más veces de las deseadas, acometer los cambios que exige el devenir de un itinerario emprendedor. ¿Hasta qué punto estamos convencidos, como emprendedores, de que la única seguridad es que todo está en proceso de evolución y versatilidad?

  • También te puede interesar...

    No hay comentarios

    Dejar una respuesta