La marca “Canela en Rama” pertenece a la empresa familiar “La Ajofrinera Guerrero”, herencia de Anacleto Ballesteros Alguacil, quien comenzó en el sector de la alimentación allá por 1919 como fabricante de embutidos. En la actualidad destaca por su elaboración de productos alimenticios caseros apostando por la producción artesanal y por el empleo de ingredientes de primera calidad, haciéndonos llegar hasta nuestros días aquellas versiones de antaño. Desarrolladas de manera innovadora pero sin perder el recuerdo de la tradición. Empanadas de mar y de carne, hojaldres y masas, son sus productos más representativos.
Ahora la gerencia pertenece a Jesús Guerrero Ballesteros, quien nos abre sus puertas para confirmar la integración de importantes mejoras tecnológicas de acuerdo con las exigencias del mercado actual. Todo ello en la pequeña localidad toledana de Ajofrín, pero de gran tradición emprendedora, que hunde su tradición en la existencia de unas termas de época romana. Un ejemplo de emprendimiento en zona rural de nuestro país que sirve de ejemplo para que las nuevas generaciones puedan establecerse y crear valor en la llamada España vaciada.
¿Quién es Jesús Guerrero Ballesteros?
Nacido en Ajofrín, desde muy pequeño he estado vinculado al sector de la alimentación. Por ello siento la responsabilidad y el orgullo de quienes me antecedieron. Inquieto e innovador, siempre buscando la diferencia en aquello que me tuviera ocupado. Y por supuesto con la mente puesta en la excelencia del producto final.
¿Qué habilidad es la más importante para tener éxito en los negocios? ¿Cómo se consigue hacerse un hueco en el mercado en un sector tan complejo y competitivo como el de los dulces artesanos?
Desde mi punto de vista, en los negocios hay que “trabajar, trabajar y después trabajar”, algo que está a disposición de cualquiera: fijarse un objetivo y luchar por conseguirlo. Fracasarás lo más probable más de una vez, pero gracias a ello y al trabajo duro, adoptas otra perspectiva para emprender un nuevo proyecto evitando errores del pasado.
En nuestro caso, carniceros de nacimiento, siempre hemos buscado ofrecer algo diferente y de calidad. Empezamos elaborando una empanada de atún artesana, como si se hiciera en casa. En ese momento claro que había empanadas en el mercado, pero la nuestra era la mejor.
El éxito fue tal, que un amigo nos animó a ofrecer el producto a otros comercios de alimentación. Poco a poco, con mucho trabajo, marketing y convencimiento, nos fuimos ganando la confianza de los comerciantes y consumidores.
¿Cuál ha sido el principal acierto en la trayectoria como emprendedor? ¿Y el error que advertirías a los que vienen por detrás?
El mejor acierto como emprendedor es rodearte de un buen equipo. Es la base para sostener un proyecto en el largo plazo. El error más grande es dejarte llevar por las emociones. A veces hay que tener la sangre fría, valorar cada decisión, no solo con el corazón si no con la cabeza.
¿Qué papel juega la creatividad y la innovación en CANELA EN RAMA?
Me atrevería a decir que sin la creatividad y la innovación, Canela en Rama no existiría a día de hoy. En un sector como el nuestro, donde de manera constante se evoluciona exponencialmente, no te puedes quedar rezagado. Es imprescindible estar en contacto con el mercado, saber qué demanda, sus intereses, sus hábitos y preferencias de consumo, etc.
Muchas zonas de Castilla-La Mancha forman parte de lo que se denomina la España vaciada, ¿qué papel puede jugar el emprendimiento en la activación del ámbito rural?
El emprendimiento y la inversión inducida es el germen de cualquier economía. Más relevancia tiene aún en nuestra tierra donde, por desgracia, la gente joven cualificada tiene que desplazarse a la ciudad para encontrar ocupación en algo relacionado con su formación.
Por ello la inversión en zonas rurales debería estar más valorada y apoyada por la Administración, ya que el impacto para la población local de la instalación de empresas es directa y altamente beneficiosa. Tanto para la actividad indirecta que se genera como para la población rural en general.
¿Cuál es el principal escollo para proyectos agroalimentarios ubicados en zonas rurales?
Posiblemente el transporte. Un sector como el agroalimentario con un volumen de rotación altísimo en productos frescos como en nuestro caso conlleva un extra coste logístico que hay que dar como servicio al cliente.
¿Qué consejo darías a los jóvenes que están pensando en desarrollar un proyecto emprendedor?
Que no duden en llevar a cabo su idea. Un país sin emprendedores es un país condenado al fracaso. En la vida hay que tener una ilusión, un proyecto, una motivación por algo. Si te fijas el objetivo y crees en él, con trabajo y tesón se consigue.
¿Qué particularidades tiene vuestro producto?
Nuestro producto es muy artesanal, de hecho hacemos más de dos mil piezas de empanadas de diferentes formatos y sabores a diario. Ninguna es igual, pues aunque buscamos mecanizar los procesos para poder ser más competitivos, aquellos que puedan afectar a la calidad del producto se mantienen en formato totalmente manual. Es una regla de oro en nuestro obrador.
¿Cómo estáis afrontando la crisis del COVID19? ¿Cómo es el mundo que viene para la industria alimentaria?
Los primeros meses de pandemia fueron realmente difíciles. Sin embargo, poco a poco el consumo en comercio tradicional fue incrementándose, lo que nos permitió seguir activos. El futuro de la industria alimentaria pasará por productos precocinados saludables y comprometidos con el medio ambiente en cuanto a producción y envases. Es evidente que cada vez tenemos menos tiempo para cocinar, y cada vez queremos comer mejor.
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