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  • El talento rural a escena

    Jesús de la Corte y Fernando Lallana: apostando por el emprendimiento rural.

    Durante el pasado mes de noviembre, fuimos invitados a impartir docencia a Técnicos de la Administración de Cantabria que tienen entre sus funciones atender y acompañar a personas con inquietudes emprendedoras. En el idílico entorno de la Finca Rosequillo, lindante al incomparable espacio natural de Cabárceno, pudimos constatar, una vez más, la potencialidad del emprendimiento en el entono rural.

    En el contacto directo con los participantes -agentes de desarrollo rural y orientadores laborales-, favorecido por nuestra metodología participativa e inductiva, una idea emergió como síntesis: el futuro no está principalmente en las grandes ciudades inteligentes o smart cities, sino en las oportunidades de desarrollo que ofrecen las zonas rurales. No en vano, el 20% de la población en España vive en el medio rural que se extiende más de allá del 90% del territorio nacional. El emprendimiento social, materia de nuestro Taller, debe tener en el entorno rural su punto de mira en las próximas décadas.

    Trabajar y desarrollar talento rural debe ser prioritario para las administraciones públicas y entes privados que trabajan en emprendimiento. La eficaz accesibilidad a redes inteligentes de comunicación y gestión, la estimulación de vocaciones emprendedoras y la creación de hubs en entornos de zonas despobladas, se antoja clave para extender los límites convencionales del emprendimiento y ampliar el espectro de actividad. Además, una clara apuesta por las fuentes primarias de energía e insumos, dotaría a determinadas zonas geográficas de palancas añadidas de riqueza capaces de general empleo y atraer habitantes hacia una mayor calidad de vida.

    Afortunadamente, comienzan a surgir iniciativas en esta línea, como Ruraltivity, lanzadera promovida por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales con el fin de acercar el emprendimiento a pequeños pueblos de nuestro país. Con su ejemplo se hace realidad el vaticinio de Nicola Cerantola, experto en  emprendimiento social: “el actual paradigma económico lineal, ambiental y socialmente insostenible, de extracción, producción y consumo, que necesitaba grandes instalaciones, deslocalización laboral y empresas multinacionales, está cambiando hacia un modelo circular, en el que se elimina el concepto de residuo y se acortan las cadenas de valor”.

    Apostamos decididamente por un emprendimiento de carácter rural, protagonista de un nuevo y moderno ecosistema de carácter transversal, diverso, alternativo y complementario, sensible a los valores que encarnan la ecología, la economía circular, la racionalidad del consumo y el empleo sostenible de recursos. Y, por qué no, a un modo de vida que viene acuñándose como slow de enorme satisfacción, empoderamiento y diversidad. Como la que representan las más de ciento veinte especies procedentes de los cinco continentes que conviven en el majestuoso parque natural de Cabárceno.

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